jueves, 27 de octubre de 2011

“Los indicadores de percepción de la ciencia deben reflejar las expectativas sociales de la ciencia”

· Experto de la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT), Carmelo Polino, visitó Costa Rica para orientar encuesta de percepción de la ciencia de RedCyTec

San José, 27 de octubre, 2011. Las necesidades en políticas públicas relacionadas con la ciencia y la tecnología en un país deben ser claras y, para estos efectos, los indicadores de la percepción social de la ciencia pueden ofrecer una serie de guías útiles.

Así lo indicó Carmelo Polino, investigador italo-argentino asociado de la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT), quien estuvo de visita en nuestro país para asesorar a la Red de Comunicación de la Ciencia, la Tecnología e Innovación de Costa Rica (RedCyTec) en la ejecución de un estudio de alcance nacional sobre percepción pública de la ciencia, que tendrá la colaboración del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO), de la Universidad Nacional.

Polino explicó ayer en una conferencia, que el caso de los indicadores de percepción de ciencia y tecnología no se diferencia de otros indicadores, en cuanto a que deberían tener tres condiciones esenciales: que reflejen las particularidades de los contextos específicos locales en los que se desarrolla, que sirvan de insumos para desarrollar políticas públicas y que sean comparables.

“Este tipo de indicador, en el fondo, es cultural; plantea la relación que existe entre la sociedad y la ciencia; la ciencia y la cultura, y cuáles son las expectativas sociales de la ciencia”, expresó Polino.

En la conferencia participaron Luis Diego Jiménez, del Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT); Marcela Guzmán, comunicadora de la Vicerrectoría de Investigación y Extensión del Tecnológico de Costa Rica (TEC) y actual directora de RedCyTec, así como representantes de las instituciones que forman parte de esta red.

Indicadores útiles. Con estas tres condiciones, el investigador de RICYT dio a entender que lo más importante a la hora de plantearse la formulación de instrumentos para desarrollar indicadores, es que éstos no queden en desuso. Es decir, que puedan responder a las necesidades del contexto local en el que se desarrollan, además de que arrojen datos útiles para los intereses de las instituciones que las elaboran y para la sociedad que requiere conocer sobre ciencia.

Por otra parte, mencionó que es imprescindible que los indicadores puedan ser comparados con otros indicadores en otros países, y que tengan réplicas a lo largo del tiempo, de modo que se reflejen los distintos contextos de la percepción de la ciencia en tiempo y espacios diferentes.

Polino hizo además un recorrido por la historia de la percepción de la ciencia, y explicó que socialmente, la ciencia ha sido percibida en función de las aplicaciones que se la han dado y de los intereses de las personas que han desarrollado la ciencia.

Por esto, el experto mencionó que los indicadores de percepción de la ciencia han variado en su forma de presentarse. A mediados del siglo XX, por ejemplo, eran considerados como indicadores de alfabetización científica, pero esta idea se desechó dado que no había evidencia empírica que demostrara que una sociedad que conozca poco sobre ciencia o sobre hechos científicos la apoye menos o sea más resistente a ella.

Por otra parte, explicó que en la época de la postguerra, los distintos gobiernos y la coyuntura del momento establecieron un ‘contrato’ implícito entre la ciencia y la sociedad, en el cual se supuso que apostar en la ciencia sería apostar a favor de un beneficio social.

Sin embargo, tras este período, la percepción social de la ciencia viró en tanto hubo una creciente consciencia acerca de los impactos negativos para la ciencia.

“En este período se empezaron a generar demandas respecto a las instituciones científicas; prueba de ello fueron los movimientos ambientalistas de los años 60 a los 80 respecto a ciencia, industria, capitalismo y tecnología; los primeros accidentes por el desarrollo de la tecnología nuclear, derivada de las iniciativas bélicas por el desarrollo de la bomba nuclear, también fueron actores en esta época”, mencionó Polino.

“Debido a todos estos cambios es que se vuelve necesario hacer estudios más sistemáticos sobre las actitudes de las personas con respecto a la ciencia. Las decisiones en torno a la ciencia y la tecnología ahora no solo interesaban a científicos, sino a políticos y tomadores de decisiones. La ciencia es una de las instituciones que se ha internacionalizado más pronto que cualquier otra institución.”, añadió.

¿Por qué es importante contar con indicadores de la percepción social de la ciencia? Más allá de que sean esfuerzos aislados, y de los resultados que arrojen, estos indicadores pueden ser insumos para generar políticas públicas de la ciencia, que permitan involucrar a la ciudadanía en el estudio de la ciencia.

“Para América Latina es fundamental que la sociedad se involucre con la ciencia. Nuestra región tiene muchas deudas sociales pendientes, de las cuales la ciencia podría ofrecer una respuesta, en concordancia con los poderes políticos y económicos, que además generen condiciones para la innovación", expresó Carmelo Polino.



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