- Necesitamos contar con más personas formadas en áreas técnicas, científicas y tecnológicas.
Keilor Rojas (Viceministro de Ciencia y Tecnología)
La evidencia internacional de las últimas décadas indica que el incrementar la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) constituye uno de los principales factores para elevar la competitividad de los países. Es decir, que el apostar por una economía basada en el conocimiento pareciera ser el camino a seguir si queremos alcanzar el nivel de los países desarrollados.
Para esto, se hace necesario contar en el país con suficiente capital humano formado en áreas técnicas, científicas y tecnológicas. Sin embargo, es claro que los importantes esfuerzos hechos en el pasado en esta materia ya no son suficientes para cubrir los requerimientos de los sectores productivos, los que demandan cada vez más y mejores profesionales.
La limitada disponibilidad actual de profesionales, que se extiende desde el nivel de técnicos medios hasta los doctorados en carreras científico-tecnológicas, representa una seria restricción para el desempeño de las empresas, para la atracción de inversión extranjera directa en sectores de alta tecnología y para el desarrollo económico del país.
Preparación insuficiente. Es preocupante que menos del 14% de los graduados universitarios en Costa Rica provengan de carreras relacionadas con ciencias o ingenierías y que solamente un 1% obtenga el grado de maestría y un 0,1%, el doctorado en esos campos. Hoy Costa Rica cuenta con 731 investigadores por millón de habitantes dedicados a I+D+i, número que está muy por debajo del promedio de más de 4.000 que tienen los países desarrollados. Esto evidencia la necesidad de contar con un mayor número de profesionales con capacidad de hacer investigación y desarrollo de alto impacto.
Por otro lado, estimaciones de Cinde indican que para los próximos tres años se requerirán unos 24.000 nuevos técnicos en las empresas. Aquí es común que los sectores de rápido crecimiento soliciten continuamente a las instituciones de educación superior y parauniversitarias formación en nuevas destrezas y especializaciones además de otras habilidades como idiomas, pensamiento lógico-matemático, redacción, comunicación y liderazgo.
Lo anterior sugiere que en las circunstancias actuales, la disponibilidad de capital humano en ciencia y tecnología puede ser tan importante o inclusive más importante que el contar con recursos financieros para crecer.
Acción coordinada. La solución a esta situación no es fácil ni barata. Tampoco es competencia exclusiva de un solo ente. Esta, más bien, debe ser el fruto de una acción coordinada entre el Gobierno, el sector académico y las empresas, que deberá contemplar al menos los siguientes elementos:
*La orientación vocacional temprana hacia profesiones científico-tecnológicas como elemento fundamental para aspirar a empleos de más calidad y mayor remuneración en las áreas en que el país tiene más requerimientos.
*Apoyar, mediante diferentes esquemas de becas, la formación de técnicos superiores y diplomados en ramas científico-técnicas así como otorgamiento de apoyos para la actualización profesional, la especialización y la obtención de certificaciones en nuevas plataformas tecnológicas.
*Revisar los programas curriculares existentes con el fin de ajustar los perfiles académicos a las nuevas tendencias de los sectores productivos y, además, crear nuevas carreras y especializaciones que atiendan los requerimientos de las nuevas tecnologías
*Fortalecer y ampliar la formación de profesionales con grados de maestría o doctorado en ciencias e ingenierías, haciéndolo mediante: a) Becas al extranjero. b) Becas de tiempo completo en posgrados nacionales. c) Incentivos para repatriar o atraer investigadores, nacionales o extranjeros, a centros de investigación y empresas. d) Apoyo a la creación y fortalecimiento de posgrados de excelencia locales.
*Apoyar la reconversión de profesionales de áreas de baja demanda hacia áreas de alta demanda. Mucho se puede lograr si se articulan los esfuerzos existentes en esta materia. Así, por ejemplo, algunas de las fuentes de financiamiento de una iniciativa de este tipo podrían incluir recursos del Fondo de Incentivos, Fondo Propyme, aportes del sector privado, cooperación internacional así como la canalización de recursos de otras instituciones públicas relacionadas con el tema, entre otras.
La consolidación del capital humano en el área científico-tecnológica es un asunto altamente prioritario cuya atención está directamente relacionada con las posibilidades de aumentar la competitividad del país.
Publicado en el periódico La Nación (18 julio 2011).
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