Dra. Eugenia M. Flores
Muy buenas noches:
Señor Francisco Antonio Pacheco Fernández, Presidente de la Asamblea legislativa.
Señor Guillermo Vargas Salazar, Presidente del Consejo Nacional de Acreditación.
Señora Sonia Martha Mora Escalante, Vicepresidenta del Consejo Nacional de Acreditación.
Señora Elena Ramírez de Góngora Trejos.
Señor Matthias Wesseler, distinguido invitado esta noche.
Señor Gilberto Alfaro Varela.
Amigas y amigos.
Una sociedad equitativa en oportunidades y responsabilidades, equitativa en el disfrute material, social, participativo y cultural es el ideal a que aspiran los individuos y el reto que enfrentan los países en la sociedad del conocimiento. Corresponde al sistema educativo la tarea de formar esos seres libres capaces de acceder a una vida sociocultural y económica, rica y diversa, así como promover el desarrollo económico de las naciones. Le corresponde a la educación ese cometido, inmerso en un proceso de globalización que reestructura el capital global, las relaciones sociales de producción y las jerarquías sociales, y cambia las relaciones hegemónicas existentes, con el apoyo las tecnologías de la información y comunicación.
En ese nuevo entorno, la educación concebida como bien social y derecho humano, queda sujeta a fuerzas paradigmáticas, pedagógicas, económicas, políticas y demográficas que afectan la triple misión de enseñanza, investigación y servicios y enfrenta el riesgo de transformarse en una mera inversión económica.
El carácter instrumental del conocimiento, la corporización del manejo institucional, la masificación o colectivización del acceso, la educación como proceso de aprendizaje durante toda la vida, la reestructuración de cursos que conduce a diversificación de programas y composición estudiantil, la intervención en los asuntos internos por parte del sector privado que reconfiguran la autonomía, la libertad académica, la educación liberal y la calidad, la comercialización del conocimiento, la incorporación de la informática a la enseñanza e investigación, la creciente controversia sobre derechos de propiedad intelectual, la necesidad imperiosa de aumentar la interacción interinstitucional, la internacionalización de los currícula y las nuevas modalidades de financiamiento, son algunos de los factores que indiscutiblemente repercuten en la calidad de las instituciones educativas.
Garantizar la calidad de la educación superior es hoy una preocupación global. La sociedad tiene derecho a que se garantice la calidad del desempeño de las universidades en las cuales invierte recursos, porque de ellas depende su presente y su futuro, sin importar el ámbito privado o público en que se desenvuelvan. Si un país desea alcanzar su aspiración de convertirse en una economía basada en conocimiento, su sistema de educación superior debe ser capaz de formar individuos socialmente responsables y capaces de satisfacer la demanda laboral mediante mecanismos de aseguramiento de la calidad de programas y servicios, a nivel institucional, nacional e internacional. Más que un requisito, la acreditación oficial es una demostración de que la institución cumple su compromiso con la sociedad y forma profesionales capaces de responder a las exigencias de un mercado laboral cuya característica es el cambio continuo.
El Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES) es el ente al que el Estado costarricense le encomendó el mejoramiento continuo de la calidad de la educación superior. El SINAES ha cumplido su misión con creces. Hoy es un órgano sólido, inmerso en un esfuerzo de mejoramiento continuo, que no solo garantiza la calidad de las carreras universitarias en Costa Rica, sino que funge como único ente acreditador en Centroamérica y el Caribe.
Al inaugurar la Cátedra SINAES Enrique Góngora Trejos, Educación Superior y Sociedad esta noche, el SINAES nos hace partícipes de una nueva iniciativa que no solo le permite ampliar su ámbito de acción, sino enriquecer el bagaje intelectual de quienes asistimos a este acto y de la sociedad costarricense como un todo. La Cátedra SINAES no solo rinde un merecido homenaje a Enrique Góngora Trejos, sino que abre un espacio interdisciplinario, crítico, reflexivo, abierto y riguroso, que propicia el estudio, análisis, diálogo, debate y divulgación de temas atinentes a la educación superior. Sin duda existe una estrecha concordancia entre el propósito de la cátedra y el nombre que lleva, porque don Enrique fue un distinguido químico, matemático, filósofo, músico y humanista costarricense, incansable en la búsqueda de excelencia para la educación superior. Para completar la ecuación, SINAES inaugura la cátedra con la conferencia magistral del Dr. Matthias Wesseler, reconocido experto en calidad de la educación y seguidor del filósofo alemán Martin Heidegger, cuyas ideas influyeron notablemente en el existencialismo del siglo XX.
Muchas gracias señoras y señores miembros del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior, por ofrecernos un foro que nos permite salir de lo cotidiano para pensar en lo trascendente, que nos permite proyectar el futuro sobre la base de un análisis crítico del presente.
Muchas Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario